por Joel Benites Díaz
Cerró los ojos y el sol resplandeciente,
amarillo, bendecido por la naturaleza que, si tuviera voz, le reclamaría al
hombre se acuerde de ella, esa luz traspasando los límites de las zonas más recónditas del planeta.
Todo cambió para siempre, la sociedad profiere gritos estridentes e
ininteligibles. Quedó dormido en un lugar ignoto. Sus padres permanecen
angustiados sin obtener respuestas sobre su paradero.
Las horas, los días, transcurren rápidamente. Doménica observa con tristeza la
silla favorita de Roberto. Las lágrimas caen bajo cielo tempestuoso que cambia
de color por el clima. Un ligero movimiento puede alterar el futuro de
una persona y es necesario saber la senda adecuada. La vida es corta y hay que
aprovecharla al máximo. Doménica debe mirar hacia adelante, sólo quiere a
Roberto de vuelta. Coloca afiches del desaparecido en las paredes, pregunta a
cada individuo desesperada como si le saliese el corazón por la boca, sudando
la gota gorda. Ella sabe que "todo esfuerzo requiere un sacrificio"
y hará hasta lo imposible para cumplir su objetivo. Doménica tiene una gran cualidad: "Escribir".
Habla de Filosofía todo el día. Música, Narrativa, Ética. Son tonterías.
Doménica es autodidacta en la práctica, su mejor
escuela es la naturaleza. Aprender de ella es vital. El padre es muy exigente,
quiere que su hija sea la mejor de la clase. La camisa blanca, rota, sucia al
llegar del colegio. Pasa las hojas del diario de su ausente
hermano y el contenido del texto escrito la cautiva e impulsa a seguir luchando
por recuperarlo. En ese instante la soledad se apodera de su alma, pronto
el día se convertirá en noche y las luces que alumbran su camino están
a punto de apagarse. La Avenida Perú yace invadida de desconciertos. Una llama
imaginaria se enciende al frente suyo: "no te rindas, estás siguiendo
el camino correcto.". Si no fuera por aquella señal quién sabe dónde
estaría ahora. Los golpes de la vida la hacen más fuerte, esas caídas
colocándonos en un hueco hondo que parece no tener salida nos enseñan a luchar
contra lo que los mediocres llaman "imposible". Doménica repudia esa palabra.
Cruza ríos, atraviesa fronteras inimaginables. Su hermano la
necesita, y ella a él. Desde el fondo de su corazón pide
a gritos que el destino los una de nuevo, aunque para algunos este no exista.
Saca de su mochila un diario y escribe cada experiencia como si fuese el último
día de su vida, eso hace dosfogar la ira que tiene contra la ignorancia, el
conformismo y la mediocridad, utilizando un arma invencible: "La
sabiduría." Recoge su cabello negro, amarrándolo para continuar la permanente batalla que
ha decidido emprender desde hace tiempo, pero que, invadida por el miedo tardó
mucho en decidir. Tomar decisiones se convierte, tarde o temprano, en una
encrucijada que sólo la podemos resolver con ayuda del conocimiento. Y la
esperanza de libertad se diluye en un vaso lleno de desilusión que nos consume
si no sabemos utilizar la razón.
Agosto, 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario