25 de agosto de 2013

AUSENTE

por Joel Benites Díaz

Cerró los ojos y el sol resplandeciente, amarillo, bendecido por la naturaleza que, si tuviera voz, le reclamaría al hombre se acuerde de ella, esa luz traspasando los límites de las zonas más recónditas del planeta. Todo cambió para siempre, la sociedad profiere gritos estridentes e ininteligibles. Quedó dormido en un lugar ignoto. Sus padres permanecen  angustiados sin obtener respuestas sobre su paradero. Las horas, los días, transcurren rápidamente. Doménica observa con tristeza la silla favorita de Roberto. Las lágrimas caen bajo cielo tempestuoso que cambia de color por el  clima. Un ligero movimiento puede alterar el futuro de una persona y es necesario saber la senda adecuada. La vida es corta y hay que aprovecharla al máximo. Doménica debe mirar hacia adelante, sólo quiere a Roberto de vuelta. Coloca afiches del desaparecido en las paredes, pregunta a cada individuo desesperada como si le saliese el corazón por la boca, sudando la gota gorda. Ella sabe que "todo esfuerzo requiere un sacrificio" y hará hasta lo imposible para cumplir su objetivo. Doménica tiene una gran cualidad: "Escribir". Habla de Filosofía todo el día. Música, Narrativa, Ética. Son tonterías. Doménica es autodidacta en la práctica, su mejor escuela es la naturaleza. Aprender de ella es vital. El padre es muy exigente, quiere que su hija sea la mejor de la clase. La camisa blanca, rota, sucia al llegar del colegio. Pasa las hojas del diario de su ausente hermano y el contenido del texto escrito la cautiva e impulsa a seguir luchando por recuperarlo. En ese instante la soledad se apodera de su alma, pronto el día se convertirá en noche y las luces que alumbran su camino están a punto de apagarse. La Avenida Perú yace invadida de desconciertos. Una llama imaginaria se enciende al frente suyo: "no te rindas, estás siguiendo el camino correcto.". Si no fuera por aquella señal quién sabe dónde estaría ahora. Los golpes de la vida la hacen más fuerte, esas caídas colocándonos en un hueco hondo que parece no tener salida nos enseñan a luchar contra lo que los mediocres llaman "imposible". Doménica repudia esa palabra. Cruza ríos, atraviesa fronteras inimaginables. Su hermano la necesita, y ella a él. Desde el fondo de su corazón pide a gritos que el destino los una de nuevo, aunque para algunos este no exista. Saca de su mochila un diario y escribe cada experiencia como si fuese el último día de su vida, eso hace dosfogar la ira que tiene contra la ignorancia, el conformismo y la mediocridad, utilizando un arma invencible: "La sabiduría." Recoge su cabello negro, amarrándolo para continuar la permanente batalla que ha decidido emprender desde hace tiempo, pero que, invadida por el miedo tardó mucho en decidir. Tomar decisiones se convierte, tarde o temprano, en una encrucijada que sólo la podemos resolver con ayuda del conocimiento. Y la esperanza de libertad se diluye en un vaso lleno de desilusión que nos consume si no sabemos utilizar la razón.

Agosto, 2013

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