14 de mayo de 2015

TU MEDIA MIRADA

(Anónimo)


Trato de dormir y sueño contigo. Cierras tus ojos. Cada vez que te miro cierras esos bellos ojos. ¿Te parece justo eso? Privarme de la única sensación capaz de quitarme este dolor. ¿No te das cuenta que me quitas todo? Como si quitaras a las aves la libertad del cielo, y las condenaras para siempre a las entrañas de una jaula vieja y oxidada, así me tienes. 
Sin tus ojos siento yo que soy un pobre y desolado puerto viejo ya sin mar, o que estoy tan acabado como un perro hambriento en el desierto. Y te busco. Te busco como queriendo encontrar algo que perdí, y me siento tan vacío porque sé que no habrá nada, nada que me devuelva lo que algún día sentí. Termino siempre arrodillado en alguna pesadilla, invadido por el fuerte deseo de encontrarte, y ver en tu mirada un cielo rojo, orbitado por alegres lunas amarillas.

Me hablas como queriendo despertar al tonto enamorado que un día fui. Como queriendo devolverle la cordura a un loco desalmado. Y no me dejo, no, yo no me dejo. Pero creo que en el fondo, ya hace tiempo me dejé. Si, creo que fue la primera vez que escuché tu voz tranquila, inundando mi habitación harta de ecos irreales, y llenando mis oídos de cálculos y fórmulas ineficaces para contrarrestar los sentimientos.

Estoy vencido... Y creo que aunque junte a todas las fuerzas sacadas de todos los rincones de las almas de todos los poetas, no podría contra ti, porque ni siquiera puedo ver media mirada tuya y dejar de escribir. Y sé que si no paro ya, terminaré llenando todas las páginas, y acabaré con la memoria de este triste celular.

Mayo, 2015.