Y es así como en este lento amanecer, empieza a florecer la rosa de los recuerdos, bajo ese suave roció de los sueños que dicen que te vuelvo a encontrar... Tu la princesa y yo el plebeyo, con mi simple rosa para poderte conquistar... pero uno tiene que despertar y es allí que el brillo del sol me cegara y vuelvo a comprender que tu ya no estas, partiste al infinito donde yo nunca podre llegar, a pesar de mi deseo eterno, se que no lo lograre por eso es que te escribo esta carta invocando al mas allá para que te la pueda entregar.
Octubre, 2014